Monasterio de Piedra y Alhama, aguas mágicas. Alhama de Aragón sobresale turísticamente por sus aguas termales, muy queridas ya por los hispanorromanos, visigodos y musulmanes de Al Andalus, de quienes viene su hidrónimo (Al Hamman-baños). Y es precisamente en Alhama donde se localiza el único lago termal de España (de más de dos hectáreas), cuyas aguas emergen del fondo a una temperatura fija anual entre los 34º y 37º. Asociados a estas surgencias termales de aguas calizas se encuentra curiosamente una especie de caracol acuático única en el mundo. Actualmente se encuentran en explotación dos establecimientos termales de los cuatro que tradicionalmente (desde el primer tercio del siglo XIX) han funcionado en Alhama. Estas aguas termales son muy estimadas y tiene diversos beneficios terapéuticas para reumatismos, neuralgias, bronconeumopatías, hiperuricemias, obesidad, hipertensión arterial, artritis....
Alhama es cuna igualmente de una importante tradición alfarera y como lugares de interés patrimonial te remito al castillo, conformado de un pequeño recinto con una torre; igualmente puedes ver su iglesia parroquial con su torre mudéjar.
Estar en Alhama de Aragón –nos dicen las guías turísticas- “es plantearse una mejora de salud, descansar, relajarse admirando nuestro paisaje con unas estupendas montañas. Puedes pasear, practicar senderismo, disfrutar de campos deportivos, piscinas municipales, jardines y si lo deseas también puedes pescar en el río Jalón que te llevará a un trasvase con mucha pesca”.
Desde Alhama vámonos ahora al maravilloso enclave del paraje natural del Monasterio de Piedra, declarado Paisaje Pintoresco desde 1945. Has de saber primero que a lo largo de sus escasos 74 kilómetros, el río Piedra describe uno de los más hermosos recorridos fluviales de la península. Sus aguas nacen en Tortuera (Guadalajara), próximas al límite provincial con Zaragoza. Es en este tramo alto donde se encuentran las Hoces del río Piedra, verdadero paraíso para el senderista con varias colonias de buitre leonado. Sin embargo no será hasta llegar a los Ojos del río Piedra, en Cimballa cuando presente un caudal constante. La alta concentración de carbonato cálcico de sus aguas ha servido para moldear durante miles de años las impresionantes formaciones kársticas del monasterio de Piedra.
El monasterio de Piedra se halla escondido entre los escarpes calizos que delimitan la extensa paramera castellano aragonesa, y es un excepcional prodigio natural que ofrece un recorrido surcado de hermosas cascadas (la más espectacular es la Cola de Caballo), cuevas e infinidad de formaciones calcáreas que lo convierten en un lugar verdaderamente mágico. Un jardín natural de bosque de ribera y agua caprichosa que ha sabido preservar el hombre y, si cabe, potenciar su belleza y convertirlo en uno de los lugares más espectaculares de la Península.
Así que estate seguro que encantos mil tiene el Monasterio de Piedra, hospedería incluida en el reconvertido monasterio con sus estancias medievales anexas para el turismo cultural, así como un Centro de Interpretación de la Fauna Piscícola en la parte baja del parque.
Y para rematar el viaje puedes aproximarte a recorrer las Hoces del Río Mesa entre Jaraba (donde hay balneario) y Calmarza, que está muy cerca de Nuévalos, municipio en el que se encuentra el Monasterio de Piedra.
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