Daroca y laguna de Gallocanta, sorprendentes

Daroca y laguna de Gallocanta, sorprendentes. Encajada entre dos altos cerros, las murallas, torres y tejados de la villa de Daroca hacen retroceder al viajero al medievo, y ciertamente no desentona Daroca dentro del Camino del Cid, sino todo lo contrario. La morfología de la ciudad vieja guarda aún restos de los tres barrios existentes en tiempos del Cid, musulmán, judío y cristiano. Daroca es una ciudad monumental con un buen número de iglesias, palacios y conventos. Cabe destacar la iglesia románica de San Miguel. La iglesia colegial de Santa María conserva dos ábsides del templo románico original y es famosa por custodiar el paño de los Sagrados Corporales -a los que se atribuye un milagro acaecido en el siglo XIII, hecho que convirtió a la ciudad en centro de peregrinación- propició su ampliación monumental a lo largo de los siglos, hasta convertirse en un mosaico armónico de estilos arquitectónicos -gótico, renacentista, y barroco-. La riqueza arquitectónica, pictórica y escultórica de su interior hacen de esta una visita muy recomendable para los aficionados al arte. Te sugiero recorrer la "Ruta del castillo y las murallas" desde la Puerta Alta y que te llevará por el Castillo Mayor, las torres de los Huevos, la Sisa, el Jaque, San Valero o el Águila, o las puertas del Arrabal, de Valencia, y Baja son algunos de los hitos de esta ruta perimetral de la ciudad, desde algunos de cuyos enclaves se ofrecen las mejores vistas de la ciudad. Y no te olvides de callejear, beber de la Fuente de los 20 Caños, pasear por su parque público, comprar el vino de la zona, la fruta, comer en sus restaurantes y degustar su repostería. Y después vámonos hacia la depresión de Gallocanta que conforma la mayor cuenca lacustre de la Península, formada por cerca de veinte humedales de entre los que destaca la laguna de Gallocanta. Se trata de un conjunto endorreico en el que las aguas superficiales no tienen salida a otras cuencas por lo que forman un sistema hidrológico independiente. La actual laguna cuenta con unas dimensiones de siete kilómetros y medio de longitud y una anchura de dos y medio. Su profundidad oscila mucho, en función de la época y de los periodos de sequía, pero alcanza más de dos metros en momentos de inundación. Zona de Especial Protección para las Aves, humedal de importancia internacional (Ramsar). Lugar de Interés Comunitario y Reserva Natural Dirigida, son las declaraciones que acogen a Gallocanta, en cuya laguna cada año decenas de miles de aves encuentran un lugar de descanso y protección en su largos viajes desde el norte de Europa a las zonas de invernada del sur de la península y tierras africanas. En el entorno al noroeste de Gallocanta se encuentra la laguna de La Zaida que es un gran humedal de agua dulce conectado por acuíferos con la laguna de Gallocanta. Asimismo, próxima a Cubel se encuentra la laguna de Guialguerrero, de dimensiones más reducidas y cuyas aguas dulces se conservan estables todo el año. Todavía se conservan otros humedales de menor tamaño como la lagunica de Used o las balsas de Santed que por su singularidad ecológica merece la pena que sean protegidas. Acércate también a ver el patrimonio histórico artístico y artesanía de las cercanas localidades de Santed y Berrueco.